GRANADA HOY
La Junta centra en la movilidad sostenible las medidas para reducir las emisiones de partículas y las de dióxido de nitrógeno Entre ellas, la puesta en marcha del Metropolitano y el fomento de la bici
R. MONTENEGRO · A. ASENSIO | ACTUALIZADO 12.12.2013 - 01:00
A corto plazo, provocan diversos síntomas pulmonares y efectos adversos en el sistema cardiovascular. A largo plazo, una disminución en la esperanza de vida. Las partículas, una mezcla compleja de sustancias orgánicas e inorgánicas, están relacionadas con unas 60.000 muertes al año en Europa; el exceso de mortalidad en ciudades con altos niveles de contaminación por partículas respecto a las que no lo están es del 15 al 20%. De ahí que la UE haya fijado como meta y obligación reducir la presencia de estos contaminantes en el aire; ese es el germen de los planes de calidad del aire aprobados esta semana por la Junta de Andalucía, centrados fundamentalmente en cambiar la presión del tráfico en las ciudades por la denominada movilidad sostenible.
En el caso de Granada, el objetivo que se fija la Administración andaluza es reducir un 34,7% la presencia de PM10 (partículas inferiores a 10 micras) en el aire de la zona industrial, la capital y otros 21 municipios: Albolote, Alhendín, Atarfe, Armilla, Cájar, Cenes dela Vega, Churriana de la Vega, Cúllar Vega, Las Gabias, La Zubia, Gójar, Huétor Vega, Jun, Maracena, Monachil, Ogíjares, Otura, Peligros, Pulianas, Santa Fe y Vegas del Genil. En total, 559,3 kilómetros cuadrados con una población de 460.750 habitantes (según el padrón de 2008).
Para ellos se recopilan en el plan una batería de medidas, muchas de ellas ya previstas en otros programas y otras ya ejecutadas. Fundamentalmente, las actuaciones están encaminadas a reducir los niveles de tráfico en los municipios del territorio. El tráfico es uno de los principales contribuyentes a las PM10 al aire respirado en las ciudades, señala el estudio: en el caso de Granada, el 43% de las captadas por la cabina medidora situada en la zona Norte se debían a la circulación de vehículos. Un 34% de las partículas tenía como origen una aportación de materia mineral o crustal (polvo resuspendido, procedente de canteras o material de construcción...) y el 21% restante era de origen industrial, a lo que se suma otro 2% de origen indeterminado. Eso desde el punto de vista del receptor; en emisiones totales, la industria sí se sitúa como la principal fuente de partículas (un 35,7% del total). No afectan igual, argumenta la Junta de Andalucía en su estudio, las emisiones hechas por chimeneas de hasta 200 metros de altura y las del tráfico rodado a 20 centímetros de altura a través de los tubos de escape. De ahí las diferencias entre ambos datos.
Sin embargo, según los datos registrados, el mayor número de superaciones de los niveles establecidos en Granada y su Cinturón se deben al dióxido de nitrógeno (NO2). Así, el valor medio anual en la estación Granada Norte fue de 47 microgramos por metro cúbico, pese a que el tope fijado -y que entró en vigor ese mismo año- es de 40 microgramos por metro cúbico. El tráfico rodado es en buena medida el responsable de estas emisiones (52,2%). El objetivo planteado para esta sustancia es que deben reducirse las emisiones en un 12,5%.
En materia de movilidad sostenible, el Plan de Mejora se articula en torno a dos ejes principales: fomento del transporte público y de la bicicleta. La Junta de Andalucía prevé así para el conjunto de la comunidad autónoma la mejora de la cobertura de las líneas de bus urbano o la expansión de los carriles bici.
En Granada, esta apuesta por un cambio en el modelo de movilidad se centra en iniciativas como el fomento del teletrabajo, la creación de bolsas de aparcamiento, la mejora del transporte interurbano o el empleo de vehículos eléctricos en flotas oficiales.
Las infraestructuras se merecen capítulo aparte en el plan, que insta a la ejecución de algunas pendientes. Se recoge la necesidad de automatizar la gestión del tráfico, la remodelación de la estación de ferrocarril o la Alta Velocidad en el eje ferroviario que va de Sevilla a Almería y pasa por Granada y Loja.
El Plan prevé medidas que se recogen en otros instrumentos de planificación. Así, propone la creación de varios puntos de unión entre la Segunda Circunvalación -cuyas obras están paralizadas y apenas cuentan con presupuestos para el próximo año- y la actual, colapsada. Llama la atención la referencia a la construcción de otra gran vía para el tráfico rodado precisamente cuando la idea es restringirlo. La medida se explica por la relación entre una mayor fluidez del tráfico y la menor emisión de gases contaminantes. También se recoge, entre otras medidas, soterrar el trazado de Bobadilla.
La ejecución del plan necesitará una importante colaboración por parte de los ayuntamientos. De hecho, son la administración a la que más medidas se adjudican. El plazo de ejecución del plan es 2015 y hay actuaciones que se pusieron en marcha incluso antes de redactarse el documento; no obstante, dado el retraso de algunas otras incluidas, ese plazo es de dudoso cumplimiento. Una vez ejecutada la planificación, que se incluirá dentro del más amplio Plan de Calidad Ambiental que tramita la Junta para Granada, la Administración espera haber rebajado los niveles de partículas hasta un punto en el que no haya superaciones de los límites marcados por la Unión Europea.
En el caso de Granada, el objetivo que se fija la Administración andaluza es reducir un 34,7% la presencia de PM10 (partículas inferiores a 10 micras) en el aire de la zona industrial, la capital y otros 21 municipios: Albolote, Alhendín, Atarfe, Armilla, Cájar, Cenes dela Vega, Churriana de la Vega, Cúllar Vega, Las Gabias, La Zubia, Gójar, Huétor Vega, Jun, Maracena, Monachil, Ogíjares, Otura, Peligros, Pulianas, Santa Fe y Vegas del Genil. En total, 559,3 kilómetros cuadrados con una población de 460.750 habitantes (según el padrón de 2008).
Para ellos se recopilan en el plan una batería de medidas, muchas de ellas ya previstas en otros programas y otras ya ejecutadas. Fundamentalmente, las actuaciones están encaminadas a reducir los niveles de tráfico en los municipios del territorio. El tráfico es uno de los principales contribuyentes a las PM10 al aire respirado en las ciudades, señala el estudio: en el caso de Granada, el 43% de las captadas por la cabina medidora situada en la zona Norte se debían a la circulación de vehículos. Un 34% de las partículas tenía como origen una aportación de materia mineral o crustal (polvo resuspendido, procedente de canteras o material de construcción...) y el 21% restante era de origen industrial, a lo que se suma otro 2% de origen indeterminado. Eso desde el punto de vista del receptor; en emisiones totales, la industria sí se sitúa como la principal fuente de partículas (un 35,7% del total). No afectan igual, argumenta la Junta de Andalucía en su estudio, las emisiones hechas por chimeneas de hasta 200 metros de altura y las del tráfico rodado a 20 centímetros de altura a través de los tubos de escape. De ahí las diferencias entre ambos datos.
Sin embargo, según los datos registrados, el mayor número de superaciones de los niveles establecidos en Granada y su Cinturón se deben al dióxido de nitrógeno (NO2). Así, el valor medio anual en la estación Granada Norte fue de 47 microgramos por metro cúbico, pese a que el tope fijado -y que entró en vigor ese mismo año- es de 40 microgramos por metro cúbico. El tráfico rodado es en buena medida el responsable de estas emisiones (52,2%). El objetivo planteado para esta sustancia es que deben reducirse las emisiones en un 12,5%.
En materia de movilidad sostenible, el Plan de Mejora se articula en torno a dos ejes principales: fomento del transporte público y de la bicicleta. La Junta de Andalucía prevé así para el conjunto de la comunidad autónoma la mejora de la cobertura de las líneas de bus urbano o la expansión de los carriles bici.
En Granada, esta apuesta por un cambio en el modelo de movilidad se centra en iniciativas como el fomento del teletrabajo, la creación de bolsas de aparcamiento, la mejora del transporte interurbano o el empleo de vehículos eléctricos en flotas oficiales.
Las infraestructuras se merecen capítulo aparte en el plan, que insta a la ejecución de algunas pendientes. Se recoge la necesidad de automatizar la gestión del tráfico, la remodelación de la estación de ferrocarril o la Alta Velocidad en el eje ferroviario que va de Sevilla a Almería y pasa por Granada y Loja.
El Plan prevé medidas que se recogen en otros instrumentos de planificación. Así, propone la creación de varios puntos de unión entre la Segunda Circunvalación -cuyas obras están paralizadas y apenas cuentan con presupuestos para el próximo año- y la actual, colapsada. Llama la atención la referencia a la construcción de otra gran vía para el tráfico rodado precisamente cuando la idea es restringirlo. La medida se explica por la relación entre una mayor fluidez del tráfico y la menor emisión de gases contaminantes. También se recoge, entre otras medidas, soterrar el trazado de Bobadilla.
La ejecución del plan necesitará una importante colaboración por parte de los ayuntamientos. De hecho, son la administración a la que más medidas se adjudican. El plazo de ejecución del plan es 2015 y hay actuaciones que se pusieron en marcha incluso antes de redactarse el documento; no obstante, dado el retraso de algunas otras incluidas, ese plazo es de dudoso cumplimiento. Una vez ejecutada la planificación, que se incluirá dentro del más amplio Plan de Calidad Ambiental que tramita la Junta para Granada, la Administración espera haber rebajado los niveles de partículas hasta un punto en el que no haya superaciones de los límites marcados por la Unión Europea.
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