16.12.13 - 01:29 -

Los padres de Paula cuentan su calvario en una página web creada para dar difusión y a su caso y ayudarla a encontrar un donante: «Paula era una niña que estaba totalmente sana. Con 12 años de repente un día empezó a estar muy cansada y tras varios días de fiebre y dolores constantes de cabeza fuimos al médico siete veces de urgencia. La exploraban, le hacían analíticas y estaba todo normal, hasta que empezó con fiebres altas. Durante tres días que subió a 40'3 décimas. Fue entonces cuando fuimos al hospital y la ingresaron. Le había salido un ganglio en el cuello aparente normal empezaron a hacer muchísimas pruebas y todas salían normales. Los médicos no sabían lo que tenía. Cuando llegaron al tope de pruebas que se le podían hacer en ese hospital nos derivaron a otro para hacerle una biopsia y que la que determinó que tenía un tumor maligno llamado linfoma».
«Ese día nos cambió a todos la vida. Nos cambió completamente. No parábamos de llorar y llorar. No dábamos crédito a lo que nos estaba pasando. Yo estoy en tratamiento psicológico. Tomo una medicación fuerte, pero me dicen los expertos que esa medicación no me a bastar con lo que nos espera», resumía Ana, la madre, hace pocos meses.
Quimio, UCI y quirófano
La familia continúa relatando que Paula «recibió 6 ciclos de quimioterapia y tuvo una remisión completa en diciembre de 2012 y una recaída en marzo de 2013. Empezaron con la quimio de rescate que es mucho más agresiva. Paula ha entrado cuatro veces en quirófano. Dos veces a salido con neumonía y una de ellas con un derrame pleural. Ha entrado en UCI entre 15 ó 20 veces. Lo ha pasado muy mal pero ella nunca ha perdido su sonrisa y sus ganas de luchar siempre está feliz cantando y bailando. Ahora depende de un trasplante de médula, tiene una quimio de mantenimiento hasta encontrar un donante compatible».
Los que conocen a Paula destacan que pese a lo que estaba en juego siempre ha mantenido su sonrisa. Bromea con que los regalos que le llegan de todas partes son por estar enferma. Agradece cada sonrisa, cada muestra de cariño. Que sonría no quiere decir que no sufra. Algunas sesiones de quimio la dejan tocada varios días. Por dos veces se le ha caído el pelo. «Lo lleva fenomenal. Va sin pañuelo y sin gorra, como si nada. Ella lo lleva bien. Yo no. Ves como todo el mundo se queda mirando. Algunas veces me he llegado a dar la vuelta y a decirles que qué pasa», indicó la madre.
Parientes y allegados se hicieron las pruebas para donar médula. Ninguna era compatible, aunque entre familiares directos de primer grado las posibilidades son del 25%. Lejos de resignarse, el entorno de Paula emprendió una campaña en favor de la donación. Con cada prueba que consiguieron, y fueron muchas, daban más posibilidades a Paula, pero también a miles de personas que precisan médula para seguir viviendo.
Más donaciones
En Andalucía se ha pasado de poco más de 2.500 donantes por año a más de 4.500. En Jaén, precisa la delegada, se marcó como objetivo aumentar las cifras de donantes hasta los 355 en un año. Se está aprovechando la buena acogida que tienen las donaciones de sangre (Jaén es provincia «exportadora») para intentar captar allí a nuevos voluntarios. «Profesionales de primer nivel les ofrecen toda la información contra tópicos y mitos falsos como que puede tener secuelas o que duele mucho, se les dispensa una información personalizada, se les resuelven todas las preguntas que nos puedan plantear», indican en la Junta.
Paula sigue animando a donar. «Mil gracias a todos, pero aún son muchos niños los que necesitan nuestra ayuda», decía ayer a través de las redes sociales.
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