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Los nuevos dispositivos reducen los temblores de los enfermos de párkinson y ayudan a la estimulación motora de personas con discapacidad
Las cifras de la enfermedad
El temblor patológico constituye el desorden neuromotor más extendido: afecta a un entre un 1 y un 2 por ciento de la población, el 6 por ciento de las personas con más de 60 años. Además, su incidencia está en aumento por el envejecimiento progresivo de la sociedad.
Aunque el temblor no afecta a la esperanza de vida, sí que causa discapacidad funcional y es motivo de exclusión social. De hecho, en torno al 65 por ciento de la gente con convulsiones en las extremidades superiores padece grandes dificultades para realizar sus actividades cotidianas.
Actualmente, este tipo de temblores se trata mediante medicación o estimulación cerebral profunda, pero un 25 por ciento de los pacientes no responde a ninguna de las terapias, por lo que el dispositivo ideado por el equipo de Rocon proporciona una alternativa para un gran número de enfermos.
La Real Academia de Ingeniería ha distinguido este año con el Premio Joven Investigador ‘Juan López de Peñalver’ al doctor Eduardo Rocon, del Centro de Automática y Robótica de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y el CSIC.
El motivo: su contribución en el terreno de las neuroprótesis robóticas. En especial, el jurado ha valorado el desarrollo de un exoesqueleto para paliar las deficiencias de personas que sufren temblores y parálisis cerebral.
Las grandes líneas de investigación de este doctor en Ingeniería Industrial por la UPM, son la neurofisiología, la biomecánica y la interacción física y cognitiva hombre-máquina. De hecho, su labor en el Centro de Automática y Robótica se centra en la robótica de rehabilitación para patologías como ictus, apoplejía, temblores producidos por el párkinson, lesión de médula o parálisis cerebral.
El grupo de investigadores al que pertenece trabaja también en el desarrollo de neuroprótesis y sensores integrables en textiles, que ayuden a la estimulación motora de quienes los lleven.
Sus trabajos
Junto a colegas de Bélgica, Italia, Dinamarca y España, el doctor Rocón ha desarrolado una neuroprótesis que reduce las convulsiones causadas por el párkinson u otras enfermedades neurológicas.
Su gran ventaja radica en que es capaz de distinguir si una persona quiere ejecutar movimientos voluntarios, de modo que si, por ejemplo, alza un vaso con intención de beber, estabiliza el brazo para facilitar la acción, explican desde la Universidad.
El dispositivo realiza una monitorización de la actividad motora de los pacientes y del movimiento real caracterizado con sensores de movimiento en la extremidad del cuerpo que sufre los temblores. Entonces un sistema de estimulación eléctrica funcional se encarga de generar corrientes eléctricas en el miembro afectado para reducir las convulsiones. Todo ello sin afectar a la funcionalidad de los movimientos voluntarios, pues el sistema estimula de manera selectiva los músculos involucrados en la realización de una tarea motora afectados por el temblor. Esto permite resultados más satisfactorios, al reducir la fatiga y el posible malestar generados por la estimulación eléctrica.
Una nueva generación de robots
El dispositivo final integra todos los componentes en un textil adaptado a la forma del brazo, con una matriz de electrodos cosida en su interior, que busca atender las demandas de los potenciales usuarios en términos estéticos y de usabilidad.
Esta línea de investigación definida por este trabajo contribuye al desarrollo de la próxima generación de los robots vestibles para la rehabilitación y asistencia de personas mayores y discapacitadas, una población creciente con unas necesidades especiales dentro de la sociedad europea.
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